LA REGENTA
Era asqueroso aquel beso de Celedonio, cuando todo hubo acabado.
Aquellas naúseas que la había provocado y a la vez la había salvado la vida.
¡Pero qué vida aquella! Si ella no necesitaba seguir viviendo, si era una traidora que ya no tenía perdón que valiese. Vista y juzgada en la sociedad, sin una honra que mantener porque ya la había perdido toda. No se merecía seguir viviendo, por aquella locura, aquel adulterio cometido. Con el cual lo había terminado de perder todo, a su marido y sobre todo el respeto.
¿Para qué iba a seguir con esa vida? Si ella era una pecadora que no tenía perdón, había traicionado y tirado todo lo que poseía hasta el momento, y no se había dado cuenta hasta entonces. Así terminó la triste vida de la Regenta.
Publicado el diciembre 19, 2017 en Libro de 4ºB y etiquetado en Estilo indirecto libre, Final de la Regenta. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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