MALA SUERTE
Érase una vez un niño llamado Rafael. Con 10 años, era alto y delgado, vivía en Polanco, que es un pueblo con mucha flora y fauna y era bastante luminoso, con pocos habitantes, poco empleo, poca vida social, pero con playas, ríos y monte.
Era un niño que le gustaba jugar en una plazoleta pero el defecto que tenía la plazoleta era que tenía farolas y se podría dar. Los padres de Rafael siempre le decían:
-No jueges allí que te puedes dar con las farolas- y el niño dijo:
-Qué más da, que voy con el tio Felipe y con el primo Luis.
-Ah, vale, bueno, pero ten cuidado.
El niño se había salido con la suya y estaba en la plazoleta y de repente estaba corriendo de espaldas y cuando se dio la vuelta se dio contra una farola. Su primo se quitó la camiseta para utilizarla tipo torniquete porque estaba sangrando mucho y su primo fue corriendo a avisar a su tio y fueron al médico y le dieron dos anestesias y le dieron tres puntos justo el día de su cumpleaños.
Publicado el diciembre 12, 2014 en Hemeroteca 15-16 y etiquetado en RELATO REALISTA. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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